jueves, 22 de noviembre de 2012


AcuarioCuando me sacaron de la nevera esa, me encontré en un dentista y me metieron en una pecera y empecé a llamar a mi padre nervioso hasta que me encontré con otros peces y me ayudaron a mantener la calma. Nos pusimos todos en el cristal y una gaviota se estrello en la ventana. Cuando me vio, se dio cuenta de que era nuevo y entonces el dentista la espanto y rompió la foto de su sobrina, Darla, que el viernes que viene hacia 8 años y el iba a ser su regalo. Claro, Globo me dijo que a su antiguo pez no le tenía quito, que estaba zarandeando la bolsa continuamente y que acabo tirándolo por el retrete, entonces me puse nervioso y empezó a nadar hacia atrás y me metí en el tubo de la pecera. Mis amigos me iban a ayudar, pero apareció otro pez, que salía de detrás de una especie de calavera, que se llamaba Guill, y le pregunte:
 -¿Me ayudas?- Le dije con miedo. 
Y él me contesto: -No. Te has metido tu solo y por lo tanto puedes salir tu solo. Pero ahí fue cuando le dije que tenía una aleta mala y él se dio la vuelta y resulto ser que tenía una aleta prácticamente rota y en un costado lleno de arañazos. Y empecé a seguir sus instrucciones de cómo salir, hasta que lo conseguí. Entonces mis amigos se pusieron muy contentos tras mi hecho y Guill dijo que esta noche me iban a dar la bienvenida con una celebración que ellos hacían. Por la noche, la gamba me despertó y me llevo al monte escupitájulus donde me invitaron a ser de su club pero con una condición, que sea capaz de cruzar sin medo el anillo de fuego.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Nemo (Buscando a Nemo)



Llego el primer día de clase, y estaba muy contento porque iba a conocer a amigos nuevos.
Me levante el primero, y como mi papá no se levantaba, le desperté. Antes de salir, me obligo a peinarme y me dijo que tuviera cuidado, que el mar no es seguro.
Cuando íbamos de camino al cole, mi padre y yo estuvimos hablando de la edad de las tortugas, pero como nunca había conocido a ninguna, pues no sabía cuánto tiempo podían vivir. Por fin, llegamos al cole, donde un montón de  madres con sus hijos esperaban al profesor, ¡Que era un pez manta! Cuando llego, nos dijo que subiéramos que íbamos a ir a una excursión, pero cuando me toco ama, me dijo que como era nuevo tenía que responder a una pregunta, que era:
-¿En qué clase de casa vives?- y entonces respondí:
-Anemonona, amona...... y mis compañeros se empezaron a reir de mí, hasta que por fin logre pronunciar la palabra: ¡ANÉMONA! Y mi padre, como no, le dijo a mi profe que no podía nadar bien porque tenía una aleta mala, pero él le dijo que no pasaba nada, que no se iba a separar nadie del grupo.
Comenzamos nuestra excursión hasta que llegamos al Cantil del Arrecife, (el sitio donde a mi padre le daba muchísimo miedo), no porque hubiera tiburones ni nada de eso, sino porque apartar de ahí se iba a mar abierto.